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Wednesday, July 27, 2011

Perfil de Daniel Coronell en La Imprenta

Perfil de Daniel Coronell

In Perfil on septiembre 19, 2010 at 7:03 pm

“Usted lo único que hace es escudarse de sus derechos de periodista para que en mi caso, pueda a todas horas, adherirme con mentiras” le dijo Álvaro Uribe, presidente que en el 2006, entró a gobernar por segunda vez con un índice de popularidad del 70%; al único periodista que en siete años de mandato se ha atrevido a cuestionarlo. Daniel Coronell, periodista y director del noticiero independiente Noticias Uno, sostuvo en una columna de opinión, lo que tantas veces ha anunciado: el mandatario tuvo vínculos con el conocido narcotraficante Pablo Escobar.

Daniel es el periodista que, zapateando y vociferando como el gigante de “Las habichuelas mágicas”, le grita a un empleado “¡Se sale ya de mi noticiero!” mientras lo empuja y lo tira de la camisa. Pero además, es el jefe que con el mismo ímpetu, baila al son de los acordes de la música llanera y al ritmo de admiración de su equipo de investigación. No obstante, antes de ser jefe, amigo o director, Daniel Coronell es un reportero de corazón.

Lo conocí un domingo de emisión, lo que desde un principio me previno en cuanto a la cantidad de tiempo que realmente iba a poder compartir con él. La entrevista se llevó a cabo en el restaurante Chalet Suizo, situado no muy lejos del noticiero. Para mi infortuna, me vi obligada a hacer las preguntas camino al restaurante. No sé si eran los nervios, o el susto de que “Maguiver” al volante me fuera a matar antes de que lograra llevar a cabo mi primera entrevista periodística, pero las preguntas me salían como escupitajos en vía de extinción.

Daniel Coronell, con cierto semblante a un personaje del “Chavo del Ocho”, pareció recibir con calidez y ternura cada una de mis lanzas. Sin lugar a dudas, no por la semejanza en la prominencia de algunas extremidades corporales, sino por el aura de humor que siempre lo rodea, consiguió rescatarme de un bochornoso episodio que sin decir mucho, implicaba la comparación entre el color de mi sopa con el cerezo de mis mejillas.

El periodista en sus comienzos…

“Yo llegué por accidente al periodismo” – dijo, mientras le untaba mantequilla a su pan francés. “Empecé estudiando medicina en la Universidad del Bosque y periodismo en el Externado pero no fue hasta que un compañero de medicina me dijo que fuera a hacer lo que realmente quería porque si no, iba a terminar como el médico que se había dedicado a escribir pasillos” – Contó regocijado entre carcajadas.

Al regreso de un posgrado en dirección de televisión en Suiza, Ignacio Greiffenstein, un antiguo profesor del Externado, se lo lleva al noticiero de las siete en donde –según Coronell- le dan un cargo con nombre pomposo, “coordinador general” pero cuyas obligaciones y responsabilidades eran en realidad, la emisión de las noticias más triviales del noticiero y la lectura de los cables, papel que nadie había querido desarrollar hasta el momento. Luego de un buen tiempo, pasa al Noticiero del Medio Día en donde ascendió a jefe de redacción del Noticiero Nacional. Para Javier Ayala, en ese entonces director del noticiero, “No es que Daniel tenga una intención de ser polémico porque sí, es una convicción del deber ser del periodista, de investigar, de mostrar y sacar la verdad y de no tragar entero” Para Ayala, “a todo periodista que investigue, que profundiza, siempre le van a decir lo mismo. A la gente le gusta que el periodista sea superficial y a los gobiernos les encantan los periodistas oficialistas especialmente en este gobierno (Alvaro Uribe Vélez), el que no está de acuerdo entonces es enemigo”.

Después de varios años y experiencia como reportero, Coronell se incursiona en nuevos negocios, uniéndose al proyecto de Guillermo Cortés, de instalar su propia programadora NTC comenzando con la transmisión de un noticiero de medio día y fines de semana. Hoy Noticias Uno es el resultado de aquel proyecto de hace 19 años, conocido como el noticiero independiente de más alto nivel investigativo y polémico venerado por hallazgos tales como la exposición del escándalo político conocido en el país como la yidispolítica a raíz de las declaraciones de la ex Representante a la Cámara Yidis Medina quien admitió haber recibido beneficios a cambio de su voto a favor del proyecto reeleccionista del 2006.

En sus días como reportero en el Noticiero de las 7, el ambiente laboral se sumergía en una lucha por el poder entre el entonces presentador José Pardo Llada y la entonces directora María Elvira Samper. La tensión entre ellos llegó a tal grado, que un día, en plena emisión, José Pardo Llada renunció en vivo y en directo. Al otro día, Coronell sacó una crónica acerca del primer presentador que renunciaba en televisión.

¿Medicina? Dije con cinismo. “si. Era lo que mi papá quería, y para mí era muy importante lo que él pensara de mí” – dijo seguido de un largo silencio. “Ahora, es él quien busca mi aprobación” – terminó contando entre carcajadas.

Daniel Coronell tiene 45 años. Su nombre viene de los confines de la Yugoslavia socialista de la Segunda Guerra Mundial, la cual junto con sus abuelos, había sido apaleada en las penumbras de una guerra antisemita liderada por los nazis y los fascistas, a mitad del siglo XX. La travesía partió de las orillas del mar Adriático hasta los costados de las playas de un país en el que aún prevalecía la intolerancia religiosa que había traído consigo la guerra. Para ese entonces, una visa colombiana para judío costaba $ 5.000 pesos, dos veces el costo de una casa. Sin embargo, lo que carecía en dinero, excedía en ingenio, y por un par de zapatos lustrados, el abuelo logró que tanto el padre como el tío de Daniel, aparecieran como gemelos en la misma visa.

El padre de Daniel reside, curiosamente, de dónde proviene uno de los géneros musicales más oídos por el columnista: los llanos orientales. Aunque periodista de corazón, laboró en varias áreas; fue profesor, escritor y embajador de la UNICEF. Su madre, con quien se habla por lo menos una vez al día, dedicó su vida a la academia, moldeando mentes jóvenes en los vestigios de la biología. Sus días de niñez fueron jornadas de alegría y alcahuetería que compartía con su tía abuela la “tata”, quien murió no hace mucho.

Aún se le aguan los ojos con su recuerdo.

“Es como si alguna vez hubiera intentado explorar el arte y no se hubiera dejado cautivar por pura rebeldía”

(Carlos Cárdenas, periodista Noticias Uno).

Desde sus inicios, Coronell se devoró cuanto libro encontró, persiguiendo a Phileas Fogg, el aventurero protagonista de “La vuelta al mundo en 80 días” de Julio Verne, libro que después cambiaría por Hemingway y Camus de quienes hablaría en las tertulias nocturnas que luego compartiría con sus amigos Félix de Bedout y Javier Ayala, ambos grandes periodistas de largo alcance en el país. Aún recuerda la primera colección de libros que le tocaron el alma, “Ariel juvenil ilustrada, con imágenes a un lado y narración al otro”.

“Yo crecí con mujeres excepcionales” – dice, sonriendo al recuerdo de su infancia.

Y no sólo creció, hoy en día comparte su vida con otra mujer excepcional, su esposa María Cristina Uribe a quien sus amigos le dicen “la tata”. A esta Tata la conoció durante la administración de Cesar Gaviria cuando, por coincidencia, los dos fueron enviados a Washington a cubrir una rueda de prensa. Acababa de fugarse Pablo Escobar y Gaviria se había convertido en centro de críticas sobre todo en Estados Unidos. Al llegar tarde, María Cristina no tuvo otra opción que pedirle a Daniel, el primer periodista que vio, que le prestara lo que él había alcanzado a grabar. No obstante, lo curioso no fue que el periodista haya sido él, ni siquiera que estuviera compartiendo información con la competencia, sino que la conversación había sido en inglés, pues ambos asumieron que el otro era algún corresponsal extranjero, y ninguno cayó en cuenta de ello hasta que algún amigo en común se burló de la situación.

“María Cristina lo hace crecer. Le da el equilibrio que necesita” dijo Javier Ayala, “Se complementan”.

Para Carlos Cárdenas, periodista de Noticias uno, la conexión y confianza que existe entre ellos es asombrosa, para él todo se resume en una escenario específico en donde les había llegado una información de último minuto que tenía que ver con el periodista, Gustavo Álvarez Gardeazabal, y de cómo un carro del ejército había estado involucrado en el asalto de abril de 2009 en el que seis hombres y una mujer asaltaron su casa en Tuluá, desde donde transmitía en directo su programa nocturno “La luciérnaga”. La información había llegado a manos de Coronell vía telefónica mientras María Cristina presentaba las noticias en vivo. No había tiempo para escribir un libreto, y aunque ella sabía de qué se trataba la noticia, no tenía la suficiente información para hablar de ello. Entonces, en la medida en que a Daniel le iban contando los sucesos por celular, él se los transmitía a María Cristina quien los presentaba. “Así es con todo entre ellos” según Carlos Cárdenas, “¿Ella cómo hace para contar sin mostrar que le están contando, guardar la tranquilidad y dar la noticia mientras él se la está contando? ¿Cómo harán? no tengo ni idea pero la comunicación entre ellos es fenomenal”.

Pero no siempre jugaron para el mismo equipo. Cuando María Cristina trabajaba para Caracol, Daniel trabajaba para RCN y en ocasiones el oficio le obligaba a mentir sin desasosiego. Alguna vez, -contaba Daniel -, me llamaron a las 2:00 a.m. que porque habían encontrado a un tipo que llevábamos buscando un buen rato para entrevistar. Ahí mismo me levanté y me metí a la ducha. María Cristina, se levantó – a pesar de mi mayor esfuerzo para que no se despertara, y me robara la historia– y me preguntó, ¿tú para dónde vas? “Me voy para donde mi mamá que está enferma” poco después me llamó mi mamá a decirme que yo porque andaba diciendo que ella estaba enferma, diciéndole mentiras a María Cristina y preocupándolas a las dos.

“Hay periodistas a los que llaman aguacates, que los han madurado comprándoles o regalándoles periódicos, éste no. Daniel se hizo desde abajo y por eso es de los mejores que ha tenido el país”

(Hernando Corral, periodista y compañero de trabajo en el Noticiero de las siete).

“La chiva de la vida de Daniel”, fue la crónica que realizó el periodista sacando al descubierto la cadena de mercenarios liderada por Yair Klein, quien entrenó al ejército de sicarios más macabro de toda una década, los escuadrones de la muerte de Pablo Escobar. Daniel fue el primero en sacar a la luz pública la existencia y consecuente influencia del mercenario israelí que entrenó a los ejércitos paramilitares de los narcotraficantes del Magdalena Medio; Según Javier Ayala, entonces jefe de Coronell, “Daniel expuso a Vladimir, el jefe de los sicarios con fotos del entrenamiento en el puerto de Boyacá. Siempre contó con todo mi apoyo”.

El lado oscuro de la valentía…

Pero toda esa valentía le ha pasado su cuenta de cobro y en el 2005, Coronell junto con su familia, se exiliaron a los Estados Unidos, luego de recibir varias amenazas de muerte. Al parecer, fue intimidado por haber denunciado el posible apoyo de un presunto narcotraficante en la elección de un miembro de la Comisión Nacional de Televisión. Luego de rastrear los correos, el reportero encontró que los mensajes provenían de la casa del ex congresista Carlos Nader Simmonds, quien había sido condenado por narcotráfico.

Mientras Daniel intenta limpiar la torrencial tormenta de papeles que tiene sobre su escritorio en las instalaciones del centro comercial Dorado Plaza desde donde transmiten Noticias Uno, me cuenta cómo le enfurece que hablen mal de su familia y me muestra el corro que le respondió al ex congresista. Luego, con algo de picardía admite que fue gracias a Náder que aprendió a hacer búsquedas por internet.

Para los dos hijos de María Cristina Uribe y Daniel Coronell, Raguel y Rafael Coronell, la vida les ha obligado a madurar y a entender cosas que ni siquiera llegamos a entender en nuestra adultez. ¿Cómo enseñarle a responder a Raquel, que cuando la molesten en el bus del colegio diciéndole que a su padre lo van a meter a la cárcel, lo que hay que hacer es ignorarlos?

Lo que más le dolió a Daniel no fue que por fin alguien lo buscaran en razón al contenido de alguna nota de Noticias Uno, o de alguna columna de opinión de la revista Semana—contó María Cristina Uribe, sino el hecho de que las amenazas eran en contra de su hija Raquel de 6 años, y el tesoro más importante del reportero. Según el testimonio del periodista, un día después de la emisión del domingo de Noticias Uno, una voz desconocida le indicó que después de hacerle a Raquel todo lo que todos le querían hacer, se la iban a devolver muerta y en pedacitos. Para Angélica Rodríguez, secretaria del periodista desde hace cuatro años, la situación fue muy confusa “porque todas las llamadas siempre pasan por mí. Me dijeron que lo llamaba tal, nombre de un periodista de Caracol, y me dijo “sí claro, pásemelo”. Después de eso, decidió que se iba. La decisión la tomó en quince días, los que sabíamos éramos muy poquitos”. Infortunadamente, las amenazas no cesaron, pocos días después de la llamada telefónica, dos coronas mortuorias habían llegado a sus manos. Ya el periodista no podía hacer más, prefirió exiliarse que callar.

Para la familia Coronell, la vida en California fue un cambio descomunal en su forma de vivir. Transportarse en camionetas blindadas, acompañados de escoltas, había privado a la pequeña Raquel de conocer que las ventanas de los carros se pueden bajar y subir a gusto propio, y entre otras cosas, a Daniel a disfrutar irse al trabajo en bicicleta sin la necesidad de mirar por el retrovisor. Sin embargo, a pesar de la tranquilidad con la que vivían en Estados Unidos, su vida sin el periodismo no era lo mismo. Según Angélica, su secretaria, “el volvió por su gente, lo más importante para él es su familia pero después es el noticiero”.

Muchos no entienden de dónde viene ese ímpetu, esa necesidad de sacar a la luz pública la verdad, sobre todo por encima de la seguridad no sólo de su noticiero sino de su familia. Pero para Daniel Coronell, alguien debe encargarse de mostrarle al mundo, al país qué están haciendo aquellos que hemos escogido como nuestros gobernadores. ¿Quién pasa la cuenta de cobro? Para él ese es su motor de periodista, sin embargo su pasión le ha pasado otra cuenta de cobro que hasta hoy no ha podido cerrar las heridas. “Siempre estoy prevenido”, dice Coronell, “intento hacer mi trabajo e investigar, pero nunca dejo de lado que tengo dos hijos pequeños y una esposa que me esperan todos los días en la casa”. Ese es su motor. Para María Cristina Uribe, esa es la razón por la cual ella no se mete de lleno al periodismo, “Daniel ya está muy expuesto y corre riesgos por los dos. Es suficiente con uno de los dos metidos en esto tan difícil”.

Para algunos, el motor de Daniel Coronell es resentimiento con el gobierno, para otros, es falta de oficio; sin embargo, para sus colegas, a pesar de discernir en los temas o en las visiones, el periodismo de Coronell es el que necesita Colombia. Para Hernando Corral, periodista con quien trabajó en el Noticiero de las 7, nada lo ilustra mejor que una frase de Voltaire dirigida a Diderot en los tiempos de la enciclopedia, “yo no puedo estar de acuerdo con todo lo que usted diga, pero daría mi vida para que usted tenga el derecho a decir lo que piensa”.

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