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Monday, October 24, 2005

Retrato de Jaime Ruiz

La primera parte está copiada del sitio Bluelephant's Ballad


Jaime Ruiz y la conciencia del pais
(10/23/2005 05:59:00 AM)

"Don't suit you?" she asked. "Not crude desires in a big guy like you? Come on, I'm not such a frightening person. You can't have met your match in little me. Look at you. Like a naughty boy. A child in terror of being disgraced. Isn't there anything else in there except your famous purity? I bet there is. I bet you've got yourself quite a pillar in there," she said. "The pillar of society."

"What is the aim of all this talk? Will you tell me?"

"The aim? Sure. To introduce you to reality. That's the aim."

"And how much ruthlessness is necessary?"

"To introduce you to reality? To get you to admire reality? To get you to partake of reality? To get you out there on the frontiers of reality? It ain't gonna be no picnic, jocko."

P. Roth, American pastoral
Hace unos días, debido a una entrada que, por su cinismo, no pude evitar contestar, me enfrasqué en una discusión con el señor Jaime Ruiz que he continuado hasta el día de hoy. Es una discusión en la que las perspectivas de mundo de ambos son tan distintas que la concertación es una utopía. No sé por qué continúo con ella. Percibo falacias en la argumentación de Ruiz, tal vez, e intento que reconozca que nadie en sus cabales puede asumir semejantes cosas y concluir semejantes otras. No he tenido éxito hasta ahora y dudo que Ruiz dé su brazo a torcer. No es su estilo.

Alias Ruiz no dice nada de su vida. Lo evita con juicioso cuidado porque teme que sus oponentes lleven las discusiones al terreno de lo físico. No es dificil, de todos modos, adivinar cosas, o al menos presentir un perfil. Tal vez me equivoque pero así es como veo a Jaime Ruiz yo:
Jaime Ruiz es un colombiano formado a pulso. Alguien que tuvo una juventud dura y salió adelante por sí mismo -también podría ser el eterno acomodado pero lo dudo, el tono no lo deja-. La vida o la necesidad lo alejaron de la posibilidad de estudiar más allá de la escuela. La manera de aplanar la frustración de no haber podido estudiar fue llenarse de argumentos por los que la educación formal no era necesaria, a lo largo de su vida ha sofisticado esos argumentos hasta convencerse que las universidades son centros de acondicionamiento y adoctrinamiento terrorista. Para él, ser un estudiante o haberlo sido es casi que un defecto. Me recuerda a Mayol, el protagonista del Viaje Vertical de Vila-Matas. Ahora que lo pienso, los imagino a ambos físicamente similares -tal vez Ruiz un poco menor-. Ruiz es inteligente, él no necesitaba ir a una universidad para formarse porque es un tipo independiente y le gusta leer, ahí se empieza a diferenciar de Mayol. Lee mucho y se educa. Se crea su propio criterio del mundo basado en lo que ve a su alrededor, lo que piensa y lo que lee.

Su tesón rinde frutos. Su empresa crece, no mucho pero lo suficiente para que Ruiz sea un agradecido con el sistema y un admirador de los grandes emprendedores norteamericanos, así quisiera ser él. Dado que sabe qué significa esforzarse para conseguir algo, no cree en esos sistemas en los que la gente la tiene fácil y todo el mundo, sin esforzarse, es más o menos igual al resto. Luego lee más, lo que puede, y encuentra argumentos más fuertes para desdeñar de esos sistemas políticos. El comunismo, piensa Ruiz, es un sistema criminal y apoyarlo, creer que hay algo de verdad en los cambios que sugiere, es terrorista. No le gusta la idea de que un gobierno decida por los demás, especialmente si sus decisiones van en contra de lo
que él piensa. Ruiz cree en la fuerza de las palabras y aprende a usarlas, se convierte en un gramático, carga su diccionario, lo venera. El fantasma de nunca haberse educado más allá de la secundaria lo persigue. Su manera de enfrentarlo es perfeccionarse en el uso de la palabra. Eso, claro, le permite interactuar con sus pares sociales de igual a igual, o incluso desde un plano superior. A Jaime le da miedo ser menos y entonces siempre quiere ser más y más. Las palabras lo elevan, o eso cree.

Jaime Ruiz ya se jubiló pero trabaja parcialmente en su empresa que ahora manejan sus hijos, la supervisa. No confía en nadie. Ahora, por la novela que estoy terminando de leer, me imagino que quizás tenga una hija díscola que hace rato se le salió de las manos y cuyo recuerdo lo atormenta de día y perturba de noche, en sus sueños. Viaja en vacaciones, conoce Europa y Estados Unidos. A veces va a las oficinas por las mañanas para ver cómo va todo. Conversa con sus antiguos empleados, es cordial y amable. Los fines de semana, supongo, va a su finca a descansar, tiene una gran biblioteca en su finca, de la que se enorgullece, y lee los libros que allí tiene en estricto orden alfabético con un cuaderno en la mano para anotar las citas que lo conmueven. No tiene teléfono celular, no le gusta. Dedica su media tarde a leer periodicos en linea y a participar en foros virtuales de discusión. No me imagino como los descubrió pero puedo imaginar la dicha que le produjo ser capaz de decir lo que pensaba, su verdad, a una audiencia potencialmente infinita. Por fin sus ideas serían escuchadas, por fin.

En sus blogs mantiene un tono paternal y recto, debe ser un buen abuelo. Nunca se sale de casillas, nunca explota. Tiene varios blogs porque el orden se lo exige. Tiene uno de correcciones ortográficas, por ejemplo, en el que exhibe la misma vehemencia que en sus discusiones políticas. Otro de temas de actualidad, otro de discusión económica -donde evidencia especialmente la inocencia de sus posiciones-, otro donde recolecta notas de los medios que lo escandalizan y ofenden -casi todas; los medios son unos títeres de la izquierda, según él-, otro donde da lecciones de retórica -arte caduco, the good old one, del cual es consumado maestro-, uno donde aclara términos que, considera, han ganado significados erroneos y, finalmente, Pais Bizarro, su magazín, que sirve como portada para el resto -aunque a veces contiene artículos exclusivos-. Con el tiempo, esos sitios se han convertido en lugares de reunión y discusión de otros parecidos a él. No dudo que algunos hayan sido, de hecho, convencidos (¿convertidos?) por las cosas que dice. Sus diatribas son largas y repetitivas, casi obsesivas, y su redacción es peligrosa porque discretamente transmite más de lo que aparenta. Utiliza con maestría el doble sentido y el sarcasmo. Recurre a ellos para, sutilmente, sugerir que ciertos régimenes dictatoriales del cono sur eran justos -aunque Castro, obvio, sea un carnicero de marras-, que hay maneras correctas e incorrectas de matar, que los pobres se merecen su suerte -se la buscan-, que la democracia es buena siempre y cuando no todo el mundo pueda acceder al poder, que es bueno preservar las castas y las clases, la estabilidad que brinda la tradición. Eso sí, es anticlerical y ateo, ni más faltaba.
Cuando le preguntan a uno por qué Uribe está en la presidencia y por qué lo vamos a reelegir, lo mejor sería señalar hacia esos blogs y reponder "porque ésa es la conciencia del pais". Así es como piensan los que nos dirigen, desde ahí, desde el palco de Jaime Ruiz, es desde donde ven nuestros lideres el pais. La culpa de que aún sea así, no nos mintamos, es nuestra: de los ciudadanos que permitimos que nos manipulen, que nos impongan hegemonías, que seguimos pensando como colonizados que no tenemos poder sobre nuestro destino. Tal vez sea un problema cultural pero eso no nos impide imponernos a él. Colombia sigue en las mismas porque los que se preparan para dirigir el pais son los hijos de los que antes quisieron dirigirlo, las familias de políticos, mientras todos los demás miramos el espectáculo con fingida impotencia, como si no fuera claro que las cosas no tienen por qué ser de ese modo, que ya estamos más que preparados para tomar las riendas con nuestras propias manos. Me pregunto cuánto tiempo más nos tomará asumirlo, cuánto tiempo más tardaremos en adoptar una conciencia nacional que nos incluya, en lugar de esa que firma, desde su despacho, el anónimo Jaime Ruiz.

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RESPUESTA


Ante todo muchísimas gracias por la publicidad. Me estaba preguntando qué era lo que hacía subir tan considerablemente las visitas a mi blog y busqué en google, de donde fui a Blogalaxia, donde encontré esta joya. Claro que el nivel moral de los comentaristas, incluidas las amenazas de Sergio (ya sé, ya sé que habla de discutir conmigo, pero si yo anduviera diciendo que nadie debe decir cosas impunemente ya me estarían señalando).

Lo primero, que es interesantísimo porque deja ver algo más que obstinación y "pensamiento" rutinario, penosa ignorancia, es lo de que yo quiero que sigan las castas. El comunismo es una prolongación de la esclavitud que fue posible donde el recuerdo de la esclavitud formal estaba vivo (Rusia, 1861; Cuba, 1868; China, 1912, etc.) y fue una salida para las castas parásitas de la sociedad esclavista. Eso explica que los poderosos cubanos, obviamente todos blancos y de buena familia, vivan rodeados de lujos, en embajadas vitalicias y en puestos decorativos mientras los negros de las provincias orientales viven con dos dólares al mes. Los de las ciudades turísticas al menos pueden mandar a las hijas a ganarse el salario de un año en un rato.

Precisamente eso es lo que hace el comunismo atractivo para los doctores colombianos, increíblemente idénticos a los señoritos que describe Ricardo Palma, modestia aparte, creo que hice un retrato muy acertado y actual, por mucho que el hecho de vivir en EE UU o en Europa haga que el personaje de mi cuento se sienta un Mozart o un Emerson. Lo extraño es que leo la primera línea y sólo aparece en mi memoria la imagen de la RDA, el único país comunista que alcancé a ver. Definitivamente las cosas son más fáciles de lo que parece.

En democracia puede acceder todo el mundo que gane las elecciones, en las tiranías comunistas nadie puede acceder al poder porque por siempre está en manos de las mismas personas y aun de sus hijos. Los pobres colombianos ciertamente no se merecen su suerte, pues es que son pobres porque USTEDES los de la casta de parásitos se lo roban todo. ¿Cómo he de explicar que lo que el Estado colombiano no se gasta en adoctrinar canallas, en pagar pensiones precoces y a veces dobles, en financiar viajes y becas y demás es porque se lo gasta en pagar los intereses de una deuda que se contrajo para mantener a las castas bien situadas y prósperas en las universidades? La gentuza, perdón por la precisión, que comenta en su blog, personas muy degradadas por la fala de contacto con la crítica y la verdad, jamás va a interesarse por saber si esto es verdad o no. ¡Huy, qué horror, no hubo buenos modales!

Porque ésa es Colombia y si hay un descontento con eso soy yo. ¿O es que usted conoce a alguien que haya oído hablar de una persona que haya hecho en su vida algo con respecto a los miles de secuestrados que no sea arrimarse a los poderosos que encargan los secuestros para ser profesores de la universidad? Cualquier persona que lea mi blog encontrará una desaprobación rotunda de lo que Colombia es, precisamente porque es una sociedad de castas que excluye la competencia. Defender algo tan obvio le parece "tosudez" a uno de sus corifeos, seguramente porque adivina que la tos me está matando.

Respecto a las maneras correctas e incorrectas de matar, en ningún lugar he defendido a ningún asesino. Cosa que ustedes sí hacen, ¿o les molestó en lo más mínimo que hubiera una zona donde matar estuviera permitido? ¿Alguno de ustedes se ha preocupado alguna vez de los miles de soldados que son asesinados cada año, de otra forma que no sea tratar de lucrarse de esos hechos? ¿Qué se debería hacer con las FARC? La condena a los métodos de las FARC y de todo lo que se haga para impedir que los mate lo llena a uno de respeto y afecto por los guerrilleros. En comparacíón, resultan gente recta y decente.

Los regímenes dictatoriales del cono sur no eran justos, pero la guerra civil continental que intentaba hacer el Che Guevara, con el aplauso entusiasta de los que son como ustedes, que por entonces no habían aprendido a ser tan cínicos, habría ocasionado tal vez mil veces más muertos de haberse llevado a cabo. Basta con recordar las guerras africanas de la última década, o el furor sanguinario que exhibieron los comunistas en TODOS los lugares en que alcanzaron el poder. Los regímenes del cono sur fueron la forma en que unos poderes bárbaros respondieron a la barbarie mucho peor que crecía en su seno, más o menos como cuando un tendero mata a un atracador. La condición de su atacante no hace al tendero una buena persona.

Acerca de la inocencia de mis opiniones sobre economía, la verdad es que una falacia tan obscena no es que descalifique su universidad sino hasta el colegio en que estudió. Un adjetivo y ya se descarta. No es tanto un problema personal suyo, pues sinceramente la personalidad cuenta poco ante fenómenos sociológicos como los que ustedes encarnan, sino una forma de ser de los doctores colombianos: el guiño cómplice. ¡A que va el "tosudo" y se mofa con toda autoridad de mis opiniones sobre economía! ¿Nadie le enseñó a respetarse?

El tener un blog de gazapos para mí es ya una forma de obrar. La gente que abre blogs o que los lee, cada vez más, puede darse cuenta con extrema facilidad de los errores más graves que comete al hablar. Es algo natural en una persona de convicciones igualitarias, liberales. Para la casta es algo muy molesto, como de hecho se manifestó en la primera aparición de usted en mis blogs. ¡Nada más cómodo que vivir en un mundo libre donde todo el mundo habla como quiere y por si acaso los que distinguen "a ver" de "haber" son sólo los sabios que tienen su correspondiente certificado. Más obscenidad cómica, ya podría usar el par de adjetivos (más esfuerzo intelectual que uno solo) para definir su graciosa biografía: "emética e hilarante".

Respecto a mi biografía, ¿cómo explicar hasta qué punto es un buen retrato de usted mismo? No tengo ni he tenido ninguna empresa ni ningún empleado. Creo que no sería un buen jefe de nadie ni tampoco un buen administrador de nada. Lo que pasa es que el tono doctoral de desprecio es sólo eso, patético, eso que leí una vez en un libro de William Burroughs sobre los patricios anglosajones, él se alegraba de que hubieran perecido muchos en el Titanic, pero constataba que aún había muchos.

Lo de interactuar con mis pares sociales acomplejado por no ser doctor es una de esas cosas que digo que lo retratan a usted hasta el tuétano. Tengo un amigo que creció en uno de los barrios más lujosos de Bogotá, y que empezó a estudiar varias carreras, que siempre dejó por no tener tanta prisa por ser doctor, que me insiste en que sólo el pueblo más papanatas cree que ser doctor es una gran cosa. Ciertamente mi amigo es de lo más abierto con gente pobre como yo o como muchos otros. Yo he conocido filósofos uniandinos con los que no es posible discutir una sola frase sin sentir un poco de lástima de su absoluta ineptitud para acabar la primaria. Claro, no serán todos, pero ya es mucho.

Es decir, retratándolo a usted sale alguien que destacó como buen estudiante en el bachillerato y después hizo su carrera en la universidad, a tal punto que eso lo llenó de ínfulas que lo hacen pensar con condescendencia en Borges o en Thomas Mann o en Miguel Hernández, por mencionar sólo escritores del siglo XX. ¿Qué credenciales académicas tendrán esos advenedizos? ¡Cojones, qué hallazgo! Encontré el adjetivo que define eso: ¡COLOMBIANO! ¡Ay Virgen, qué colombiano, qué calcado de mi cuento resulta!

A mí las palabras ni me elevan ni espero que me eleven. Son una segunda naturaleza, como en cualquiera. Puede que los demás sean menos vehementes.

"El fantasma de nunca haberse educado más allá de la secundaria lo persigue." Esto es de verdad encantador. Sólo por eso pondré un vínculo en mi blog a este post suyo. ¡Y el pobre Borges!

"El comunismo, piensa Ruiz, es un sistema criminal y apoyarlo, creer que hay algo de verdad en los cambios que sugiere, es terrorista." Claro, y curiosamente era lo mismo que pensaba Octavio Paz, según una cita que copié en mi blog, y también Borges, y también Vargas Llosa. qué curioso, precisamente los únicos latinoamericanos que son reconocidos como intelectuales universales. ¡Qué curioso, qué curioso! ¿De dónde saldrán locos como yo?

"Dado que sabe qué significa esforzarse para conseguir algo, no cree en esos sistemas en los que la gente la tiene fácil y todo el mundo, sin esforzarse, es más o menos igual al resto." Lo primero es que yo no he conseguido nada, y ciertamente donde la gente es más o menos igual al resto son aquellos en los que ha imperado la economía de libre empresa. Perdón, perdón: el 99 % por ciento de los cubanos, norcoreanos (y de todas las víctimas de todas las tiranías comunistas), son iguales al resto sin esforzarse: viven hacinados en cuartos separados por cortinas viejas y sucias, comen la misma porquería todos los días, experimentan el mismo miedo al delator o bien se ven forzados a delatar a sus vecinos que oyen la radio prohibida... ¡Nada les ha costado llegar a eso!

En cuanto a la admiración por los grandes emprendedores, estadounidenses o de donde sea, tiene toda la razón. ¡Debería admirarlo a usted que sí tuvo oportunidad de educarse como Dios manda!

Acerca de si la educación formal es necesaria, depende de lo que sea esa educación formal. En Colombia la universidad es el centro en el que se da el certificado de pertenecer a la casta que lo ha poseído todo desde el siglo XVI. Ciertamente hay una cooptación anual de una minoría, que de todos modos se engolosina con su diploma y no se da cuenta de que a fin de cuentas sólo es útil a los que verdaderamente mandan, que no necesitan muchos diplomas, aunque los tienen, porque el poder está en su pertenencia familiar. Por mucho que usted fuera más inteligente que Caballero, que probablemente sólo acabó Derecho en una universidad colombiana, podrá ser doctor de cientos de sitios y sólo será un advenedizo para ellos. Las personas de las castas superiores tienen casi asegurado el título porque si fracasan en una carrera empiezan en otra y si no pueden entrar a una prestigiosa van a una privada un poco menos exigente, mientras que muchas personas humildes, sin contar a los verdaderamente excluidos, no pueden permitirse todos esos lujos. Una persona que conocí obtuvo un puntaje altísimo para entrar a la Nacional a una ingeniería, pero el vivir sin trabajar le resultaba imposible y tuvo que dejar de estudiar. Es que la educación superior gratuita es una de esas formas, como la tutela, en que se roba a los pobres para darles a los ricos. Debería haber un programa de créditos de modo que el que no pueda pagarse los estudios los pague después. Así se crearían muchos cupos más.

Pero sigo con la universidad colombiana. ¿Dígame dónde consigue uno en el exterior un tratado de cualquier materia que haya sido escrito por un autor colombiano, una universidad prestigiosa que tenga profesores colombianos (salvo que sea sobre la guerra colombiana: es uno de los frutos de esa guerra, mandan a los pobres a matarse y después van a explicar por qué ocurre eso), una patente que use la industria que haya sido desarrollada por algún colombiano, una investigación en ciencia básica que se haya desarrollado en una universidad colombiana?

En cuanto a que sólo sean centros de adoctrinamiento terrorista, la cuestión es simple. ¿Cuántos estudiantes y egresados de universidades colombianas han engrosado las filas de las FARC y el ELN desde los años 60? (Me refiero a portar armas en el monte.) ¿Más bien 5.000 o más bien 15.000? En cuanto a colaboradores de los que vigilan a los niños secuestrables o van a los barrios pobres a preparar labores paralelas a las masacres, como ahora tratan de echar a la policía de Ciudad Bolívar, yo diría que son muchas decenas de miles desde esa época. Usted mismo reconoció en mi blog que la mayoría de los profesores son comunistas o afines, Claro que es mi forma de demencia, el hecho de que sea algo que dice por ejemplo Enrique Krauze, es nada. ¿Acaso será doctor? Claro, también lo dice Paul Johnson, pero son gente sin verdadera educación.

Pero es que las universidades las conozco bastante bien, tanto las colombianas como las de otros países. La inmensa mayoría de las personas que trato han pasado por universidades y creo que no hay muchos misterios en lo que dicen.

"La manera de aplanar la frustración de no haber podido estudiar". Ésta es otra perla: no es verdad que no haya podido estudiar, eso le parece a usted que cree que ha hecho mucho por ser doctor, sencillamente no tenía quién me obligara y sí mucha pereza. En el fondo valores, la sospecha de que toda esa asimilación a los poderosos habría de ser degradante, por no hablar de lo esforzada que resultaba. Como Hans Castorp, no encontraba nada que me contestara "para qué". Naturalmente no tengo ninguna frustración por eso, puesto que si hubiera estudiado tal vez habría alcanzado a ganarme la vida como me la gano y en cambio tendría que correr el riesgo de convertirme en alguien como usted. ¿Dónde está la frustración? Muchas personas con las que trato sí tienen títulos prestigiosos y no hay ningún problema, porque no creen que sea algo tan importante... Y lo de aplanar frustraciones inexistentes...

Hay algo de todo eso que, como he dicho, es estremecedor. Todo el mundo sabe lo que es el comunismo, todo el mundo ha visto sus resultados, cualquier niño podría contestar acerca de si los coreanos del sur quisieran vivir en el norte o al revés (antes del comunismo era al revés), todo el mundo está al tanto de la miseria y la opresión el horror que produjeron los comunistas... ¡Pero no podía fallar, la gente que se acostumbra a vivir rodeada de lujos sin producir nada no puede renunciar a exhibir el idealismo justiciero!

Más que bajeza y perversidad, lo que uno encuentra ahí es colombianismo. ¡A ver quién va a poner en duda lo que dicen los doctores!

En todo caso le compensaré la publicidad poniendo un vínculo en mi blog.

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